Ir al contenido principal

Crear una vida que ames

Mi vida ha sido muy bendecida. Eso no lo puedo negar. Pero también he tenido momentos de desconexión conmigo misma, situaciones con tristeza y decepción, que han creado vacíos y dolor en mi corazón y mi alma.

He tenido que lidiar con personas desagradables para poder convivir en tranquilidad y paz, pasar por encima de mis propios gustos y anhelos para que otros se sientan bien, cumplan sus sueños y expectativas.

Eso es agotador, llega un momento donde quieres desaparecer y dejar de existir porque no encuentras la manera de ser feliz, de agradarte a ti misma, has pasado durante mucho tiempo cumpliéndole a los demás, que ya no sabes como cumplirte a ti. Si tomas la decisión de decir la verdad, de no soportar a quien no te agrada, de no hacer lo que no te gusta y de no ir a donde no quieres ir, te juzgan, te critican; pero la verdad eso ya no te importa. 

No tienes miedo de quedarte sola, de disfrutar tu soledad, de no tener a donde ir. Solo quieres ser tu. Disfrutar de la vida, de tus días, de tus dones y talentos; por fin sacarle provecho a eso que Dios a puesto en tus manos y empezar a trabajar en lo que Él creó para ti. Construirte desde cero las veces que sea necesario para ti es un gozo, pensar en crear, creer, como crecer; y en que más puedes hacer. 

Cumplir sueños, sentirte plena, servir a los demás. Verte bien, sentirte bonita, tener una sonrisa para todos. De eso se trata vivir, convivir, existir. Si no es así, no vale la pena. Y no te estoy invitando a que te desanimes y odies tu vida, por el contrario te estoy invitando a que la revises, que encuentres lo que hace que baile tu alma. Somos seres creados para pensar, actuar, sentir, SER, tener paz y dar los pasos correctos.

No significa que llegaremos a encontrar una vida donde no hay problemas o tristeza, se trata de encontrar una donde en medio de los retos, tu puedas igual sentir paz, tal como lo hizo Jesús en la barca cuando descansaba en medio de la tormenta, porque sabía que Dios su padre tenía el control. 

Crea una vida que ames y quieras vivir, que te permita levantarte con gozo y alegría. No te conviertas en esa mujer amargada y triste, no seas esa gotera constante que poco a poco destruye lo que la rodea con palabras y actitudes de odio y dolor. Sí se puede lograr cambiar tu interior. 

No sé lo que has tenido que vivir, solo tu conoces tu camino y solo Dios conoce tu corazón. Perdona y continúa, es la única manera de salvar tu alma de vivir en amargura. Y entrega tus cargas al Señor. Cree y crea, ten la convicción y la certeza que todo lo que sucede es para llevarte a la vida de tus sueños; y que tu sientes esa paz porque ahí está lo que sueñas, ya está destinado para ti. Eso es disfrutar el camino, el día a día, vivir en el aquí y en el ahora. 

Llegar a esa vida en plenitud no es imposible, pero si hay que iniciar con unos pequeños pasos:

Lo primero es sanar tu corazón de tristeza, odio y dolor. Escribe una carta a cada una de esas personas que te han lastimado y perdónalas, deséales lo mejor y descansa en Dios. Él se encarga del trabajo restante.

Luego escribe todo lo que has hecho bien en tu vida. Reconoce y felicítate, la mayoría de las veces lo olvidamos. Agradécete por estar hoy aquí aún habiendo pasado por situaciones difíciles. Después has una lista de todos los dones y talentos que Dios ha puesto en ti. También escribe para lo que eres buena y lo que harías por horas aunque no recibieras paga por ello.

Cuando ya tengas esa lista, organiza tu agenda, saca una hora de tu día para trabajar en tus sueños.

Da esos primeros pasos y verás como se sentirá tu corazón, acelerado y lleno de esperanza porque estarás haciendo algo por ti y para ti.

Eres valiosa y perfecta. Créelo y empieza a crear una vida que ames. CRÉATE.


Con amor,


Alexandra Gómez S.






Comentarios

Entradas populares de este blog

Dejar de ser su heroína

Un mundo que cambia constantemente nos hace ir más rápido. Se ha perdido el valor de la familia ya que los hijos año tras año son menos en el núcleo familiar. La distancia, el trabajo, las nuevas costumbres, te hacen desequilibrar. Cada vez estamos más lejos de reunir familias completas, de dar besos y abrazos de fin de año por montones. Cada vez es menos la vivencia de las tradiciones en los pueblos y en las ciudades natales. Hijos que se han ido en busca de nuevas oportunidades. Por eso es tan difícil verlos crecer, partir y hacer su propia vida. Crean sus propias experiencias, hacen nuevas amistades, se enamoran, aprenden a trabajar y tener su dinero, y en un momento dado, dejas de ser su heroína. En un abrir y cerrar de ojos.  Y te preguntas:  ¿En qué momento pasó? ¿Cuándo dejamos de ser tan importantes en su vida? Ahí es cuando llega la escena más difícil , te das cuenta que el amor de una madre hacia un hijo no es igual que aquel que siente un hijo por una madre. Entende...

Un amor en pausa activa

Un amor a distancia es un amor en pausa activa. Le damos respiro, confianza, espacio y decidimos respetarlo. La distancia es un regalo disfrazo. ¿Cómo se logra sobrellevar el día a día? Viviendo intencionalmente. No hay otra manera. Cuando tu le das sentido a tu vida, haces que cada experiencia sea única y maravillosa. Vives sorprendida con las bendiciones y pequeñas victorias de cada día, sacas provecho a todos los instantes, valoras a quienes te rodean, a la soledad, a la ausencia. Te amas, te cuidas y buscas tu mejor versión. Todo porque sabes que estás cumpliendo un propósito y tienes una misión de vida, porque le das intención a tu existencia. Eso te permite tener una agenda llena, la capacidad de conocer nuevas personas, sabes que hay mucho por trabajar y muchas ventas por hacer. Cuando vives con intención, el amor se transforma, madura, crece y tiene raíces profundas. No te das el tiempo de pensar que hace el otro, estás tranquila porque crees, por que tu cumples y actúas correc...

Ser extraordinario

Los seres humanos somos complejos. Es difícil descifrarnos porque cada uno es un mundo diferente; y no tenemos la verdad absoluta de lo que nos rodea ni de lo que sentimos, mucho menos, de aquello que vivimos. Tampoco tenemos la verdad absoluta de lo que somos, lo que ven los demás de nosotros no existe, ni siquiera nosotros mismos lo sabemos. Hoy podemos ser una persona y mañana otra totalmente diferente. Así que si dices conocerme, déjame decirte que eso no es cierto. En los momentos más complicados es que conocemos nuestra verdadera esencia, en esos momentos de angustia, desesperación y dolor, es cuando descubrimos quienes somos y cuando más analíticos debemos ser con nuestro comportamiento. Cuando mi hija Julieta estaba en esos días de complicaciones de salud, en esas noches sin dormir, con mucho trabajo en la pastelería, mi reacción era de desespero, de ansiedad, gritos, locura, querer salir corriendo, en esa intimidad descubrí quien era realmente bajo presión; y eso hizo que empe...