¿Cuántas oportunidades hemos dejado escapar?
Nos arrepentimos más de aquello que nunca nos atrevemos a hacer, que de aquello en lo que fallamos.
Siempre hay un plazo de tiempo para cada oportunidad que se nos presenta; y con ella podemos marcar una gran diferencia en nuestra vida y en la de quienes nos rodean. Cada época de la historia, los seres humanos hemos tenido la oportunidad de hacer crecer el mundo, hemos avanzado a pasos gigantescos. Sin embargo, no todos hemos estado dispuestos a ser héroes; han sido pocos los que dan la milla extra, aún así, el planeta tierra ha evolucionado y se han alcanzado los descubrimientos que hoy nos tienen aquí, frente a una pantalla de computador o de celular.
¿Se imaginan si todos trabajáramos con la misma intencionalidad? ¿Qué tal si todos miráramos hacia un mismo objetivo? El de ayudar, de servir, de añadir valor con nuestros propios sueños. No dejaríamos escapar tantas oportunidades.
El momento es hoy, es lo único que tenemos. Lo importante es dar inicio en pequeño, estar dispuestos a cambiar de mentalidad sin pasar por encima de nuestros valores. El primer paso siempre es el más difícil, pero sin el, no alcanzaremos grandes y pequeñas victorias.
No cabe duda que para estar dispuestos y convencidos nuestro enfoque debe ser claro, conocer nuestro POR QUÉ nos muestra el camino, nos motiva e impulsa; y deja de lado los NO que recibimos en la travesía, esos rechazos nos empujan para disfrutar del viaje sin rendirnos.
Cuando somos intencionales nos atrevemos a tomar riesgos, encontramos las personas adecuadas para asociarnos con ellas y ayudarlas a crecer, estamos dispuestos a enseñar de lo que sabemos para que otras personas puedan marcar una diferencia con nosotros. Trabajar solos es imposible para alcanzar metas extraordinarias, tener un equipo de trabajo es tener un soporte que no te deja caer cuando llegan los desafíos, es tener nuevas ideas y nuevos sueños.
Habrá personas que se alejen y otras que se acerquen, eso depende de la luz que estemos transmitiendo. Siempre habrá quien aprenda, aproveche la oportunidad y se vaya; es normal, no podemos cortar las alas de ningún ser. Habrá también quien quiere quedarse y seguir marcando una diferencia con nosotros.
Abracemos la incertidumbre y dejemos que la vida fluya. Si debemos empezar de nuevo, lo hacemos. De eso se trata tomar riesgos.
Recuerde que las oportunidades pasan y no vuelven. Entonces pregúntese:
¿Qué quiere de la vida?
¿A qué está dispuesto a renunciar?
¿Qué riesgos está dispuesto a tomar?
¿Qué va a hacer para acercarse a aquello que anhela?
Haz un compromiso con tus sueños y tu futuro:
Tener la mente abierta y el corazón dispuesto para ver las oportunidades y tomar acción.
Alexandra Gómez S.
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