El amor propio es aquello que sientes por ti mismo, la paciencia y consideración que impartes a tu propia vida.
Cuando estás seguro de lo que eres y de lo que vales no te interesa lo que piensan los demás, es tu carácter el que te define y no aquello que los demás quieren que tú seas. Es mejor preocuparse por el carácter que por la reputación, porque si tienes carácter, tu reputación no estará en juego.
Valorarte te permite ser una persona positiva, acoger tus defectos y transformarlos, saber que no todos te van a querer, que te van a criticar por lo que hagas o dejes de hacer. Por lo tanto, Amor propio es aprender a decir NO a circunstancias, trabajos, personas y lugares que no quieres, porque amarte es tener o sacar tiempo para ti, cuidarte en todos los aspectos: de las palabras, los pensamientos, cuidar la salud física y también la salud mental; eso es Respetarte y el respeto hace parte fundamental de la vida, respetarse no solo equivale a tratarte bien, es poner en una balanza lo que te gusta, lo que quieres, lo que te proyectas y cuidarte para poder conseguirlo.
Y cuando digo cuidarse, me refiero a cuidar de tu cuerpo, tu mente y tus emociones. Debes estar sano para poder trabajar y avanzar, debes ser fuerte mentalmente para no decaer; y por supuesto, tu firmeza emocional te lleva a seguir el camino a pesar de los obstáculos, porque sabes que ellos son los que te permiten crecer y aprender.
El amor propio nos permite tener relaciones sanas, te permite ser feliz y sonreír. Las personas que se aman son Amigables, respetuosas, amorosas, independientes, son aquellas que se proyectan, estudian, avanzan y dan el 100% en todo lo que hacen.
El amor propio me permite saber que soy valiosa para añadir valor a los demás. es saber que tengo defectos, que tengo partes de mí que no me gustan y me propongo a mejorarlas.
Amor propio nos lleva a tomar mejores decisiones.
Pero debemos aprender a diferenciar el amor propio del ego. Algo muy diferente es saber que eres único pero que definitivamente no eres el único que existe en el planeta. No es egoísmo, ni vanidad, ni soberbia, es simplemente SER.
Alexa Gómez S.
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