Cuesta entender lo frágiles que somos.
Hacemos parte de un todo que nos llena de
miedo. Queremos sentirnos siempre seguros por medio de quienes nos rodean y por
aquello material que tenemos.
La vida pasa frente a nosotros con destello
como las estrellas en el firmamento y no sabemos apreciarla. Cada uno de
nosotros es luz que no necesita opacar la luz de quien está a su lado; y cada
uno de nosotros al partir, trasciende al firmamento con forma y nombre propio.
Por mi parte, tengo una estrella en el cielo que me ilumina. La llamo mi ESTRELLA FUGAZ porque me acompañó poco
tiempo. Su ciclo por este mundo terrenal fue corto, su llegada y su partida
fueron exactamente iguales, de manera repentina, y en nuestro léxico humano “antes
de tiempo” solemos llamarlo. Pero no hay un pasado y un futuro que nosotros
podamos decidir, la vida pasa y sigue su rumbo, como un río que sigue su cauce
sin parar, solo tiene baches que abraza para poder continuar, esas piedras que
interfieren en su camino pero que son tan necesarias para protegerlo y para dar
un concierto de tranquilidad y paz en la naturaleza. Todo tiene una razón de
ser.
Esas estrellas que solemos ver, luchan contra
la oscuridad y tienen una función protectora hacia la tierra, y aquellas
estrellas fugaces que vemos moverse rápidamente, hacen su trabajo y se apagan a
la misma velocidad, dejando a su paso una verdad absoluta de lo que es
realmente la vida y un significado de espiritualidad único, aquella espiritualidad
que no tiene religión, la que solo te hace entender que debes amar y disfrutar,
vemos pasar ese tipo de estrellas porque circulan dejando una importantísima
iluminación a su paso, lastimosamente esa luz no sabemos apreciarla, y con el
paso del tiempo nos damos cuenta que dejamos pasar por alto grandes enseñanzas, que
su llegada y su partida traen consigo una buena nueva siempre, que no debemos
desaprovechar su presencia. Por eso nació la tradición de quien ve una estrella
fugaz, puede pedir un deseo, lo que significa que esa estrella puede esfumarse rápidamente pero que si logras
verla, su propósito es inmenso en tu vida. Sin duda alguna, el propósito de
Julieta en la mía fue gigante, fue mi gran maestra.
Así que mi escrito de hoy, de pronto un poco
enredado al mezclar estrellas, ríos, espiritualidad y luz, lo que finalmente quiere
transmitir o proponerte, es que mires a tu alrededor y determines lo que te
gusta y lo que no, mirar hacia adelante, revisar nuestro interior y agradecer
lo que somos y a quien tenemos, cada persona que ha llegado a tu vida lo ha
hecho con un propósito, y cada persona que llegó y partió, solo vino y rápidamente
te enseñó lo que necesitabas aprender, hizo de excelente manera su trabajo. Y si
tienes una estrella fugaz en el cielo como la tengo yo, solo mira hacia arriba
y agradece, porque en su rápido paso por este mundo, te amó, entregó su esencia
y se esfumó, dejando un legado que debes respetar y un dolor que debes canalizar para que te haga sonreír y
no desfallecer en el intento de seguir viviendo.
Alexa Gómez S.
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