Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de septiembre, 2024

Vivir para sentir

Cuando has vivido de cerca situaciones difíciles puedes hablar con propiedad de ellas y ponerte en los zapatos de los demás; por eso es necesario experimentar todas las emociones, saber lo que se siente y se piensa en momentos de tensión y ansiedad, como reaccionamos y actuamos ante ciertas circunstancias, eso nos da la autoridad para hablar con confianza si de opinar se trata. También nos funciona para consolar y acompañar a quien lo necesita. Tener la fuerza mental y espiritual es necesario al momento de impactar otras vidas, e incluso para liderarnos a nosotros mismos, porque si no somos capaces de liderar lo que pensamos, sentimos y hacemos, mucho menos tendremos la fuerza, la empatía y la autoridad para liderar a otras personas.  No se trata de decirle a los demás lo que deben hacer, se trata de encontrar el camino que debe recorrer cada individuo, porque todos somos diferentes y debemos aprender lecciones individuales. Lo que a mi me funciona, quizá a ti no, pero tenemos un p...

La muerte llegó dos veces.

Perder a un hijo es el dolor más grande que un ser humano pueda sentir. Yo perdí a mi hija dos veces. La primera, cuando fuimos un milagro y regresamos a la vida para cumplir el propósito de Dios en la tierra; en ese momento tuve que morir a mi ego, a mis ilusiones como mamá de una niña. Tuve que dejar morir a la pequeña con la que soñaba y seguir mi vida con la que tenía. No lo tomen a mal, no quiere decir que no amo a mi hija; por el contrario, cuando tienes un hijo que es más susceptible a dolor, a cambios repentinos, a injusticias, tú lo cuidas y lo proteges más. Pero sí tuve que morir a los sueños, los planes como familia, el futuro planeado, al estilo de vida, morir a poder acompañar a mi hijo en todos sus procesos. Tuve que morir a mí, para volver a la vida y ser otra mujer. Tuve que morir a mis creencias, a mis pensamientos, a mi orden y disciplina, a manejar mi tiempo. Tuve que ver morir a mi hija, la niña de mis sueños y darle cabida a la niña que veían mis ojos: dulce, vulne...